martes, 23 de febrero de 2010

El nietísimo


A menudo a las personas se las compara con otras, o se las relaciona con otra más conocida; como diría Juan Quesada todos somos ex-algo.

Nunca llegaré a hacerme a la idea de lo importante que fue mi abuelo, Marcelo Fernández Nieto. No solo para mi familia, aún recuerdo cuando tocaba el piano en las celebraciones, si no para Salamanca y para la política en general. A mi abuelo debemos, entre otras muchas cosas, que hoy se pueda pasear por la Plaza Mayor sin circulación de coches.

Mi abuelo fue Alcalde de Salamanca, a la vez que Juez; Diputado Nacional, Gobernador Civil en Zamora y hasta abogado de gente que no podía pagarse uno o de universitarios que acudían a los servicios jurídicos de asesoramiento de AEUS, como el otro día recordaba Emilio Arroita.

Todo esto viene a que hoy he ido a una interesantísima conferencia en la residencia universitaria del "Dioce" donde el ex-diputado por UCD, Faustino Muñoz, nos ha contado en primera persona cómo vivió el golpe de Estado del 23-F de 1981. Él conocía a mi abuelo y me ha hecho recordar, ya que su recuerdo sigue guiando muchas decisiones de mi vida, y me va bien.

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