Este fin de semana he estado en Zamora. Pese a ser salmantino de nacimiento y de corazón, en la capital zamorana he pasado 9 años de mi infancia, y además 9 años importantes.
Sin esos años yo ahora mismo sería diferente, aunque si nunca hubiese vuelto a Salamanca tampoco nada hubiera sido igual. Pero al volver a Zamora, tengo la sensación de que igual que una ciudad evoluciona y un entorno cambia, las personas crecen influidas por un entorno pero manteniendo su esencia. Mirar a tu pasado siempre te hace reencontrarte contigo mismo.
Resulta que este fin de semana en Zamora presentábamos los ejes del Programa Electoral Joven del Partido Popular de Castilla y León, pocos días después de que el PSOE en esa ciudad anunciara como candidato a un tal Manuel Fuentes. Casualidades de la vida; el hijo del tal Fuentes, jugó conmigo al fútbol en Zamora. Si en algo se parece a su padre, es que jugaba de titular en el equipo no por ser el mejor, si no porque otro le había puesto ahí por enchufe. Yo por entonces chupaba más horas de banquillo que un utillero, quizás porque para jugar había que ser del PSOE o apellidarte Fuentes, y yo era Fernández...
Bueno, el caso es que si miramos al pasado no sólo encontraremos nuestra propia esencia, si no que comprendiéndolo podremos constriur mejor el futuro: Lo mío creo que no era el fútbol... ni el PSOE.
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