(Agradezco a La Gaceta de Salamanca la publicación de la siguiente carta al director publicada el sábado 24 de julio de 2010)
No sé ustedes, pero yo estoy alucinado. Venimos presenciando en los últimos meses un espectáculo bochornoso en torno a la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña. Uno no sabe si ve un cruce de palabras entre Montilla y Zapatero, o un debate entre defensores y detractores de Belén Esteban. Hemos llegado a una situación en la que los altos dirigentes del Gobierno Español y de la Generalitat de Cataluña se han creído por encima de las leyes, y creen tener poderes para dejar de acatar Sentencias.
La burla al TC ha sido constante; desde editoriales conjuntas de periódicos catalanes presionando al Alto Tribunal, hasta la bajada de pantalones de Zapatero ante los nacionalistas incluso de su propio partido (PSC), pasando por la famosa manifestación independentista. Que les entre en la cabeza que la voluntad del pueblo catalán no tiene por qué ser la que sale por la boca del político de turno.
A lo que voy es que la lección que están dando estos representantes públicos es la del “todo vale”; dan a entender que para alcanzar sus intereses pueden pisotear leyes y sentencias a su gusto y reírse en la cara del Presidente del Gobierno, que por otro lado, tampoco hace mucho por defender la Ley.
Alguien tiene que recordar a estos señores que en un país democrático como el nuestro, por encima de todo está la Ley (que se lean el 9.1 de la Constitución); más arriba, existen principios generales como la libertad, la división de poderes y la legalidad; y todavía más arriba, en la cúspide y protegiéndonos a todos, está la Constitución Española. Un poco de respeto, que para espectáculos ya tenemos a Belén Esteban.
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